30 octubre 2010

CÓMIC: ¿LITERATURA, ARTE, GÉNERO, MEDIO DE COMUNICACIÓN…?

Como monitor del Club de Lectura de Cómic y Novela Gráfica de la Biblioteca Pública Provincial de Huelva me plantean una serie de cuestiones que creo que sería interesante tratar de responder. ¿Es el cómic un arte? ¿El cómic es literatura? En caso afirmativo, ¿es el cómic un género literario?

En primer lugar, hay que decir que se llama historieta o cómic a una serie de dibujos que constituye un relato, con texto o sin él, así como al medio de comunicación en su conjunto. Partiendo de la concepción de Will Eisner de esta narrativa gráfica como un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definición: ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector. Esta definición incluiría la fotonovela, pero como ya existen cómics hechos de fotografías no supone un inconveniente. Queda excluido de esta definición el humor gráfico, al menos el de una sola viñeta, pero posiblemente muchos humoristas gráficos que no se consideran a sí mismos historietistas aplaudirían tal exclusión. Hay que tener en cuenta que actualmente la clasificación de las artes está reconocida internacionalmente tal y como sigue a continuación:
  1. Arquitectura
  2. Musica
  3. Pintura
  4. Literatura
  5. Danza-teatro
  6. Escultura
  7. Cine
  8. Fotografía
  9. Cómic
El cómic ha sido considerado durante mucho tiempo como un subproducto cultural, apenas digno de otro análisis que no fuera el sociológico. Sin embargo, desde los años 60 del pasado siglo se asiste a su reivindicación artística, de tal forma que  en 1964, el belga Morris, dibujante de Lucky Luke, propuso considerarla como noveno arte, aunque en realidad sea anterior a aquellas disciplinas a las que habitualmente se les atribuyen las condiciones de octavo (fotografía, 1825) y séptimo (cine, 1886). A este respecto, recordemos que hay diversas manifestaciones artísticas de la Antigüedad y la Edad Media que se ajustan a la definición de cómic: pinturas murales egipcias o griegas, relieves romanos, vitrales de iglesias, manuscritos iluminados, códices precolombinos, etc. Con la invención de la imprenta (1446) se producen ya aleluyas y con la de la litografía (1789), se inicia la reproducción masiva de dibujos (las imágenes de Épinal, por ejemplo).
El cómic es, pues, un arte por derecho propio. El cómic no es literatura, la literatura es otro arte diferente. Eso no impide, por supuesto, que todas las artes se influyan unas a otras. Seguramente, sean el cine y la literatura las artes que más hayan influido al cómic, pero no hay que olvidar tampoco que su particular estética ha salido de las viñetas para alcanzar a la publicidad, el diseño, la moda y, no digamos, el cine.
¿El cómic es un género? No lo veo así, y lo ilustro con un sencillo ejemplo: existen novelas de género policiaco, películas de género policiaco, y cómics de género policiaco. En conclusión, el cómic no es un género sino que incluye tantos géneros como tipos diferentes de historias podamos narrar. La procedencia geográfica de un cómic no es tampoco un género: hay mangas japoneses de distintos géneros, lo mismo que hay cómics de distintos géneros en cualquier otro país.
El cómic es un medio de comunicación ascendido a medio de comunicación de masas gracias a la evolución de la prensa decimonónica. Vivió su época dorada en cuanto a número de lectores tras la Segunda Guerra Mundial. Con la proliferación de nuevas formas de ocio en la segunda mitad del siglo XX, va dejando de ser un medio masivo en la mayoría de los países, creándose formatos más caros, tales como álbumes, novelas gráficas, tankōbon o revistas de lujo, y buscando nuevos tipos de lectores con temas más adultos, pero también procurando atraer al público de internet, los videojuegos, el cine y la televisión, medios de comunicación con los que muchas veces interactúa el cómic.

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