Entre el 10 de agosto y el 15 de diciembre de 2006 publiqué en este cuaderno de bitácora una serie de siete entradas bajo el título de "La publicidad para niños". Gran parte de estas entradas iban dedicadas a la figura de Mortadelo, el conocido personaje de los tebeos, como objeto publicitario. Entonces contaba cómo tanto la Editorial Bruguera como su sucesora Ediciones B lanzaban esporádicamente billetes con la efigie de Mortadelo insertos en todos sus tebeos semanales. Estos billetes se llamaron, según la ocasión, Petromortadelos o simplemente Mortadelos.
Los Mortadelos eran unos billetes que cada semana aparecían en los tebeos: Tío Vivo, Super Pulgarcito y otros. La mayoría los coleccionábamos con la intención de conseguir algún regalo. También los utilizábamos para jugar con otros niños, era nuestro dinero y hacíamos pequeñas transacciones con estos papelitos. Estos billetes podías cambiarlos por tebeos y, participar en los sorteos de fabulosos regalos. Entre los premios que sorteaban estaban cámaras fotográficas, bicicletas, televisores, tocadiscos, magnetófonos, transistores, guitarras, coches de carrera eléctricos, proyectores de cine 8 mm, cámaras filmadoras, equipos submarinos y muchas cosas más. Los billetes empezaron con un valor de 5, 10 y 50 Mortadelos pero a fínales de 1971 se ampliaron los valores a 100 Mortadelos, cambiando éstos el color del anverso. El billete tenía un aspecto muy real para nosotros: la firma del botones Sacarino, la de Vázquez (dibujante de "Anacleto, Agente Secreto" y, paradójicamente, moroso reconocido, caricaturizado de esta guisa por Ibáñez en la buhardilla de la serie "13, Rúe del Percebe") y la cara de Mortadelo disfrazado en el centro. Los Mortadelos ya son parte de nuestra historia personal y los recordamos con gran cariño, ya que para muchos niños de la época fue su primera moneda.
Pues bien, rebuscando en mis papeles he encontrado una sorpresa, ni siquiera sé cómo ha llegado a mis manos. Me explico: la función oficial de los Mortadelos era mandarlos a la editorial (Bruguera ó B, según la época) y te los canjeaban por el tebeo que hubieses pedido, si aún lo tenían en existencias. Lo que yo he encontrado es una carta de respuesta de la Editorial Bruguera a una niña onubense de 1972 (sé este dato por el matasellos de Correos de la carta), cuando quien esto escribe sólo contaba un año de edad. He creído que vendría bien como complemento a la serie de entradas sobre este tema, y aquí la muestro. Como no conozco a la joven lectora ni sé si vive ni si está en Huelva, he preferido guardar su anonimato. De todos modos creo que es bastante curiosa la carta, nótese el estilo característico de las expresiones de los guionistas de Bruguera para simular que Mortadelo es una persona de carne y hueso que se molesta en contestar a sus lectores. Como curiosidad, tanto el diseño de los billetes como el dibujo de Mortadelo que aparece en la carta son obra de José Luis Sagasti, Director Artístico de Bruguera que a veces (en algunas portadas de Super Humor, por ejemplo) sustituía al auténtico creador de Mortadelo, Francisco Ibáñez.
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