19 agosto 2007

FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS: CRUZ Y CARA DE UNA LEYENDA

Como saben mis allegados, desde siempre me ha apasionado la Historia del Descubrimiento de América, como atestiguan mis viñetas en Huelva Información desde 1984. Lo que conocen muy pocos es que hace unos años, por problemas informáticos tuve que dejar de lado una novela histórica que estaba realizando, precisamente de temática precolombina. No voy a destripar aquí el título ni el argumento por si la retomo algún día.
Lo que sí recordarán algunos es mi paso por Aventura-92, un programa cultural en el que quedé finalista en la segunda edición, presentada en TVE por Jesús Hermida y Miguel de la Quadra-Salcedo. Para clasificarse y poder participar en Aventura-92 había que elaborar un trabajo, o bien artístico o bien de investigación. Yo combiné ambas vertientes realizando un cómic sobre Fray Bartolomé de de las Casas, alternando viñetas humorísticas y párrafos de rigor histórico al estilo de La Historia de Aquí, que entonces estaba publicando Forges. Aquel cómic se titulaba FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS: CRUZ Y CARA DE UNA LEYENDA.
De la llamada Leyenda Negra se suele responsabilizar a Fray Bartolomé de de las Casas, pero yo desde que realicé este cómic veo al dominico como representante del espíritu que movía a la Corona y a miles de compatriotas que trasladaron sus ilusiones y su fe al Nuevo Mundo.
Hay que tener en cuenta que los indios estaban en la Edad de Piedra. Los Aztecas, Mayas e Incas eran los más organizados, el resto eran pequeñas tribus desperdigadas, tenían costumbres sangrientas y admitían los sacrificios humanos. Para algunas tribus, la llegada de los españoles supuso una liberación de la tiranía de algunos caciques.
Pretender que el objetivo fue la evangelización no se sostiene, se procedía a través de la Iglesia por considerarse bueno lo gestado a partir de Ella. Desde la Edad Media la Iglesia se erigió en protectora oficial del patrimonio cultural que ha llegado a nuestros días.
Sin aprobar las barbaridades cometidas, justo es reconocer que España aportó a América una fe, una administración, un concepto de vida, y también productos agrícolas, formas de cultivo, animales domésticos, vestidos, máquinas, etc… Del encuentro de aquellos dos pueblos surgió lo más importante: una joven y nueva nación producto de la fusión.
Fray Bartolomé de las Casas es el español que simboliza la nobleza de autocrítica de una nación. Su vida le valió el título de Apóstol de las Indias por muchos historiadores, el de Protector Universal de Todos los Indios, por parte de Carlos I y Felipe II, y Procurador de Indias, otorgado por el Cardenal Cisneros.
Hay que destacar en Fray Bartolomé que es precursor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Que influyó en el espíritu de humanidad de numerosas ordenanzas reales de su época. Que su huella es visible en los documentos del Concilio Vaticano II, y dos Papas de nuestro tiempo, Pablo VI y Juan Pablo II, se han referido a él en sus primeras visitas pastorales al Nuevo Mundo. Esto basta para dar a conocer su biografía, y yo he tratado de plantearla de un modo divertido, sin olvidar que como dice Chesterton, “divertido es lo contrario de aburrido, no de serio”.
La obra lascasiana, aunque verdadera, encierra exageraciones. Es cierto que se cometieron barbaridades, pero también lo es que en la Corona de España imperó el espíritu de justicia, considerando a los naturales como súbditos de ultramar. La gran ocupación militar de la que entonces era una región salvaje y hostil, donde muchas tribus hacían gala de una crueldad sin límites, no terminó en sometimiento, sino que la siguió un proceso de desarrollo de la organización administrativa, social y cultural que la magnitud de la empresa y la carencia de medios impidieron poner en marcha de inmediato.
Los resultados de la denuncia del dominico sevillano se han intentado eclipsar por intereses de otras naciones, precursoras del apartheid en el Nuevo Mundo. En todo caso, como dice Juan Friede, “la Leyenda Negra ya no es tomada en serio por casi nadie como tal leyenda denigratoria”.
Años después de mi paso por Aventura-92 comenzaron las celebraciones del V Centenario, y como no podía ser menos intenté la publicación de este cómic. Aunque la cosa no dio frutos, agradezco su esfuerzo a Ildefonso Fernández Caballero y Manuel Jesús Carrasco Terriza por parte del Obispado de Huelva, y a José Juan Díaz Trillo, por entonces en el Patronato V Centenario. Y por supuesto, su apoyo logístico a Juan Carlos Castro Crespo, Marco Antonio Molín Ruiz y al historiador y teólogo Paulino Castañeda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por este artículo. Me ha encantado.

Nos vemos compañero.

Ptr. Abner Francisco Hernández Fernández dijo...

Me parece que el artículo es bueno, pero deja a un lado las terribles marginaciones que sufrieron los indios y los negros a manos de los conquistadores, algo que reconoció incluso el mismo Fray Bartolomé de las Casas en su polémico escrito: "Brevísima relación de la destrucción de las Indias".

Gracias.

Gerardo Macías dijo...

Precisamente el artículo va de eso... va sobre este fraile que no creó la Leyenda Negra ni lo que en ella se denunciaba, sino que hizo de voz de la conciencia para que los españoles dejaran de hacer esas cosas, que en otros países sí que era la manera "normal" de actuar. ¿Que en España hu8bo encomiendas? Sí, pero desaparecieron -en parte gracias a este fraile- mucho antes que las reservas, que eran lo mismo pero con otro nombre en Norte América.
Los índios y sus descendientes terminaron integrados incluso en la administración. El caso de los negros es aparte, porque al NO TENER ALMA (no lo digo yo sino que era la creencia generalizada de la época) se les podía tratar como a cualquier animal de carga que tampoco tenían alma. Pero animales de los de entonces, no de los de ahora protegidos por los ecologistas. Era otra época y otra mentalidad. En todo caso, me alegra que te guste el artículo, el cómic que lo originó profundizaba mucho más en el tema.