03 marzo 2006

CÁRITAS: VOLCARSE CON EL PRÓJIMO DÍA A DÍA

Publicado originalmente en el periódico El Fantasma del Conquero nº 1 (diciembre de 1998)
Cáritas Diocesana de Huelva realiza su labor social permanentemente desde que se fundó con el Obispado de Huelva en 1964. Es una ONG de cuando todavía no se habían inventado ni dichas siglas.
Quiero mostrarles el lado humano, cómo son y cómo trabajan las personas que mantienen diariamente esta institución. Para ello, hablo con Manolo Aznar Belda, Director de Cáritas Diocesana de Huelva y con los técnicos Gonzalo Revilla Parody y Carmen Infante, más conocida por Chiqui. Dice mucho de ellos que los tres reconozcan que “lo de citar los cargos está de más”, como dice Manolo. “Aquí hacemos todos de todo”, aclara Gonzalo. La verdad es que quienes los conocemos desde hace tiempo sabemos que todo esto es cierto.
Para saber qué es Cáritas, lo mejor es saber cómo trabajan, y nos lo explica Chiqui: “la labor de Cáritas se divide fundamentalmente en tres pilares: primero, formación y animación comunitaria; segundo, acción social; y tercero, comunicación y sensibilización”. “Los dos primeros puntos que ha nombrado Chiqui son los más importantes”, aclara Gonzalo Revilla, “porque son el contacto directo con la gente; el tercer punto son las relaciones a través de los medios de comunicación”. En este tercer punto entrarían los artículos y viñetas de Don César que el propio Gonzalo realiza en los diarios onubenses.
Añade Manolo Aznar: “el objetivo principal de todo esto es cambiar las cosas, provocar una revolución tal, que llegue un día que Cáritas no sea necesaria. Y cuando llegue ese día, estaremos viviendo la Tierra Nueva”.
Como en Cáritas siempre hay algo que hacer y además estamos en confianza, Manolo y Chiqui nos dejan y es Gonzalo quien se encarga de detallarnos, a mi y a los lectores, el funcionamiento de las distintas áreas de Cáritas: “bueno, el área de formación no tiene mucho que explicar; consiste en que los voluntarios reciben unos cursillos con los que se preparan para lo que va a venir después, aunque la verdadera formación te la da luego la experiencia. Eso sí, nuestros voluntarios están muy sensibilizados y ofrecen mucho cariño y mucho amor a quienes lo necesitan”.
“Supongo que el área de acción social será la que más cuidaréis, ¿verdad?”, le pregunto. “En realidad todo es importante, pero sí es verdad que el área social es la razón de ser de Cáritas”, me contesta. Y es que Cáritas Diocesana no pretende ser una institución jerarquizada, sino construida a partir de los grupos parroquiales: “el problema es que los grupos parroquiales a veces no existen o no funcionan, y entonces desde la Diocesana tenemos que suplir su función”, se lamenta Gonzalo, que invita a unirse a ellos a quienes puedan estar interesados en echar una manita. Pero no se desaniman, porque aunque siempre es buena una ayuda, de momento están todos para todo, como dice el propio Gonzalo.
Además, funcionan muy bien, y la prueba de ello son los dos centros de que disponen en la capital para tratar a los colectivos marginandos: el primero de ellos está pensado especialmente para tratar a mujeres que caen en la prostitución, con todo lo que ello conlleva. El segundo es una casa de ayuda a los “sin techo”. Eso, sin contar con la atención que desde siempre prestan a los ancianos. Pero su principal caballo de batalla es la lucha contra el desempleo, porque para ellos, “es la lacra que origina todos los problemas”. Una vez se logran resultados en la labor de hacer salir a la persona del estado marginal en el que se encuentra, la cosa no puede quedar ahí, y “para ello, -me dice Gonzalo- contamos con cursos de formación para la búsqueda de empleo, así como una empresa gestionada por Cáritas, cuya bolsa de trabajo procede directamente de estos cursos de formación”.
En el Centro Sin Techo me recibe su responsable, Germán González, quien me explica que el objetivo más importante del Centro es “conocer profundamente las circunstancias de todos los que paran por aquí, y educarlos en hábitos como la higiene personal, ducha y vestido”.
Hacen también una importante labor de orientación en el arreglo de documentación a quien lo necesita, ya sean facturas, DNI, denuncias... “También disponemos de un servicio de biblioteca, pero casi no lo usan... y, en fin, tratamos de cubrir sus carencias básicas, siempre en la medida de nuestras posibilidades”. A este respecto, Germán opina que “habría que denunciar ante la Administración Pública la falta de medios para evitar que la gente entre en la rueda de la exclusión social”.
Antes de despedirnos, Germán González hace un llamamiento “a quien pueda leer esto: tenemos en proyecto un nuevo centro con más prestaciones para las personas sin hogar. Cuando llegue el momento, necesitaremos la solidaridad de todo el mundo y recibiremos con los brazos abiertos a quien nos pueda ayudar, y no sólo económicamente, a que este nuevo centro se ponga en funcionamiento a corto plazo. Hay que mentalizarse de que los mendigos son personas como tú y como yo que por una serie de circunstancias se encontraron en esa situación”.
En ese momento llegan Manoli Lozano, Paquita Díaz, Encarna Gómez, Jacinta García, María Luisa Álvarez y Rosa María de la Torre. Este grupo de mujeres forman parte de un equipo de treinta y seis personas que se turnan para atender a los “sin techo”. Bueno, probablemente pronto serán treinta y ocho, porque vienen acompañadas de dos jóvenes que, deseosas de ayudar, se encontraban en la puerta esperando la hora de empezar a trabajar, porque la solidaridad no entiende de sexo, edad, ni profesión.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La existencia de organismos como CARITAS es un fiel reflejo de la "deshumanización" y falta de sensibilidad, una característica propia del egoista hombre moderno.

(fornieles)

Anónimo dijo...

Es reflejo de lo que dices, pero tambien a la vez de justo todo lo contrario a lo que dices.

marcomacias

Anónimo dijo...

efectivamente, es el remedio a esa falta de atención al necesitado. Por lo tanto un ejemplo a seguir por todos.

(fornieles)