Mortadelo y Filemón estaban ya dispuestos a salir al mundo. En el mismo año 1969 su primera aventura larga, “El Sulfato Atómico”, apareció en un álbum de tapa dura: el primero de una prolongada serie. Entretanto, los dos héroes habían saltado de “Pulgarcito” a prácticamente todas las revistas Bruguera, convirtiéndose en las indiscutibles estrellas de la casa, tanto es así que a finales de los 60 y principios de los 70 se produce el salto cinematográfico de Mortadelo y Filemón. En pocos años, los Estudios Vara realizan varias películas que tienen un éxito apoteósico y consagran definitivamente a los personajes de Ibáñez. No sería hasta la década de los 90 que los dos agentes secretos volverían a la pantalla, esta vez televisiva, de la mano de Antena 3 y BRB. En 1970 finalizó la breve vida de “Gran Pulgarcito” pero no por ello Mortadelo y Filemón abandonaron sus serializadas correrías al servicio de la TIA; porque en el mismo año, en el mes de noviembre, Mortadelo culminaría su carrera en el mundo del cómic con la titularidad de una nueva publicación que, destacando el protagonismo del más popular componente de la pareja, acogería lo más relevante de la anterior. A partir de entonces el éxito fue multitudinario: la colección “Olé” recopiló en diferentes tomos las breves historietas del pasado, los números extraordinarios y especiales de “Mortadelo” se sucedieron, en 1972 “Super Mortadelo” incrementó las actuaciones de los dos campeones del espionaje. El incansable Ibáñez difícilmente podía mantener el ritmo que le imponían sus prolíficos personajes y finalmente hubo de apoyarse en un equipo de colaboradores.
Así, más de cincuenta años después de su nacimiento, Mortadelo y Filemón han rebasado el mundo del cómic y se han afianzado en la sociedad de consumo a través de muñecos, dibujos animados, publicidad, e incluso su propia moneda, que regalaban todas las revistas de la casa para que los lectores pudieran comprar en determinados comercios y al mismo tiempo participar en suculentos sorteos. Por último, han conquistado el mundo: sus historietas y sus álbumes se publican, desde Hispanoamérica hasta Tailandia, en los más variados idiomas. Grecia, Turquía, Alemania, Holanda, Yugoslavia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia y, naturalmente, Portugal, Francia e Italia han sido testigos de sus disparatadas aventuras. Mortadelo y Filemón se han convertido ya en héroes universales y ciudadanos del mundo.
Actualmente, aunque ya han desaparecido los tebeos semanales donde se serializaban las historietas, se siguen manteniendo una media de seis aventuras largas anuales de Mortadelo, para su publicación directamente en libros de tapa dura y de 48 páginas, posteriormente en 64 páginas de tapa blanda acompañadas de una selección de aventuras clásicas cortas, y finalmente en libros que agrupan de cinco en cinco los cuadernos de 64 páginas. Una salud envidiable que queda avalada por su condición de superventas en España y Alemania.
Así, más de cincuenta años después de su nacimiento, Mortadelo y Filemón han rebasado el mundo del cómic y se han afianzado en la sociedad de consumo a través de muñecos, dibujos animados, publicidad, e incluso su propia moneda, que regalaban todas las revistas de la casa para que los lectores pudieran comprar en determinados comercios y al mismo tiempo participar en suculentos sorteos. Por último, han conquistado el mundo: sus historietas y sus álbumes se publican, desde Hispanoamérica hasta Tailandia, en los más variados idiomas. Grecia, Turquía, Alemania, Holanda, Yugoslavia, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Suecia y, naturalmente, Portugal, Francia e Italia han sido testigos de sus disparatadas aventuras. Mortadelo y Filemón se han convertido ya en héroes universales y ciudadanos del mundo.
Actualmente, aunque ya han desaparecido los tebeos semanales donde se serializaban las historietas, se siguen manteniendo una media de seis aventuras largas anuales de Mortadelo, para su publicación directamente en libros de tapa dura y de 48 páginas, posteriormente en 64 páginas de tapa blanda acompañadas de una selección de aventuras clásicas cortas, y finalmente en libros que agrupan de cinco en cinco los cuadernos de 64 páginas. Una salud envidiable que queda avalada por su condición de superventas en España y Alemania.
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