Publicado originalmente en el periódico El Fantasma del Conquero (Junio de 1.999)
Alberto Germán Franco Romero nace en Sevilla (1.970). Por motivos de trabajo de su padre, el pintor José María Franco, enseguida se traslada a Ayamonte, ciudad en la que estuvo afincado hasta los diez años de edad. Así pues, toda su vida ha transcurrido entre las localidades de Huelva, Sevilla, Aracena y Ayamonte: “todos mis recuerdos giran en torno a sus plazas y cómo no, a ese enclave tan especial junto al Guadiana”.
Hijo y nieto de dos grandes pintores de Huelva, Alberto Germán Franco ha vivido desde siempre inmerso en un ambiente artístico, aunque hasta los quince años no se decidió a estudiar la carrera de Bellas Artes. Influyó en su decisión una visita que hizo con su abuelo al estudio de León Ortega, imaginero que, como el propio Alberto Germán reconoce, siempre ha estado presente en su vida, como lo demuestra su experiencia como Comisario de la exposición que sobre la figura de León Ortega se realizó hace algunos años en el Museo Provincial de Huelva. Además, Alberto Germán está realizando en la actualidad su Tesis Doctoral, que, por supuesto, versa sobre León Ortega. Este joven onubense de adopción se licenció en Bellas Artes en 1.993, “pero ya con diecinueve años había decidido cuál sería mi profesión y fundí mi primera escultura en bronce”.
Al preguntarle por su ocupación actual, comprobamos que Alberto Germán Franco está, como suele decirse, en candelero. Esta misma tarde inaugura en la Peña Flamenca de Huelva un monumento dedicado a Paco Toronjo. Aunque Alberto Germán ya ha esculpido anteriormente numerosas obras de gran envergadura para la Provincia de Huelva e incluso fuera de ella, este es el primer monumento público que realiza en Huelva Capital. El joven escultor manifiesta que “es un orgullo para mí que mi primer monumento público en Huelva Capital esté dedicado a una figura conocida y querida internacionalmente como es Paco Toronjo”.
Pero no se queda ahí la cosa, al día siguiente inauguró en Ayamonte un busto en memoria de Joaquín Sorolla. Desde luego, este chico no para.
Hijo y nieto de dos grandes pintores de Huelva, Alberto Germán Franco ha vivido desde siempre inmerso en un ambiente artístico, aunque hasta los quince años no se decidió a estudiar la carrera de Bellas Artes. Influyó en su decisión una visita que hizo con su abuelo al estudio de León Ortega, imaginero que, como el propio Alberto Germán reconoce, siempre ha estado presente en su vida, como lo demuestra su experiencia como Comisario de la exposición que sobre la figura de León Ortega se realizó hace algunos años en el Museo Provincial de Huelva. Además, Alberto Germán está realizando en la actualidad su Tesis Doctoral, que, por supuesto, versa sobre León Ortega. Este joven onubense de adopción se licenció en Bellas Artes en 1.993, “pero ya con diecinueve años había decidido cuál sería mi profesión y fundí mi primera escultura en bronce”.
Al preguntarle por su ocupación actual, comprobamos que Alberto Germán Franco está, como suele decirse, en candelero. Esta misma tarde inaugura en la Peña Flamenca de Huelva un monumento dedicado a Paco Toronjo. Aunque Alberto Germán ya ha esculpido anteriormente numerosas obras de gran envergadura para la Provincia de Huelva e incluso fuera de ella, este es el primer monumento público que realiza en Huelva Capital. El joven escultor manifiesta que “es un orgullo para mí que mi primer monumento público en Huelva Capital esté dedicado a una figura conocida y querida internacionalmente como es Paco Toronjo”.
Pero no se queda ahí la cosa, al día siguiente inauguró en Ayamonte un busto en memoria de Joaquín Sorolla. Desde luego, este chico no para.
No hay comentarios:
Publicar un comentario