Extracto y adaptación del artículo publicado originalmente en la revista muCHOCOmi nº 8 (Octubre de 2.000)
Se dice que todos los días alguien parafrasea “El rayo que no cesa”, de Miguel Hernández. En esta ocasión me ha tocado a mí, y es que no hay mejor definición para “La Tetera”, una historieta que, en un ciclo infinito, regresa al mismo punto del que parte: el Rastro de Madrid.
La estructura de la historieta está basada en la teoría del Eterno Retorno de Nietzsche: “toda tu vida, como un reloj de arena, será siempre vuelta de nuevo, y caerá siempre de nuevo, puesto que cada una de esas existencias no está separada de la otra más que por el largo minuto de tiempo necesario para que todas las condiciones que te han hecho nacer se reproduzcan en el ciclo universal. Y entonces volverás a pasar por cada dolor y cada alegría, y encontrarás otra vez cada amigo y cada enemigo, y cada esperanza y cada error, y cada tallo de hierba y cada rayo de sol, y el orden entero de las cosas”.
A la hora de elegir el título de la obra, ha sido inspiración directa la pieza teatral “La Tetera”, de Miguel Mihura.
En cuanto al argumento, procede de un proyecto de cortometraje propio que de momento no ha visto la luz, por lo que finalmente la historieta puede considerarse la versión original. Claro está que para la versión en cómic nos hemos tomado las correspondientes licencias que sólo podría permitirnos el Noveno Arte.
Publicada originalmente en 1.996, en la revista Camaleón Comics (Diputación de Huelva) que venía acogiendo desde hacía años el grueso de nuestra producción historietística, “La Tetera” fue la obra con la que inauguramos “oficialmente” nuestro habitual método de trabajo. Lo entrecomillo porque la mayoría de las obras que habíamos firmado con anterioridad por separado fueron concebidas en realidad como “colectivo de autores y familiar”, como posteriormente nos definiría Jesús Cuadrado en su Atlas de la Cultura Popular en España (Vol. I, De la Historieta y su Uso).
La auténtica innovación de “La Tetera” es el interesante ejercicio de compenetración artística que une nuestras tres formas distintas de entender el cómic, permitiendo la conservación de lo individual dentro de nuestro trabajo en común, una fórmula que venimos manteniendo desde entonces, aunque siempre buscándole nuevas variantes para no aburrir al personal… ni a nosotros mismos.
“La Tetera” es el objeto que da título a la(s) historia(s), y el hilo conductor de la(s) misma(s), pero cede el protagonismo a los personajes cuyas vidas va alterando a lo largo del ciclo. Se trata, pues, de historietas independientes, pero interrelacionadas entre sí… a lo “Pulp Fiction”. Está visto que no hay historias nuevas que contar, pero sí nuevas maneras de contar historias, como lo demuestra el elenco de personajes que protagonizan una serie de aventuras y desventuras con “La Tetera” como nexo: desde un curioso en El Rastro, hasta un vagabundo que ve cumplidos sus sueños, pasando por un niño obsesionado por la televisión, dos hinchas de fútbol, un mafioso destrozado por el desamor y un superhéroe del tres al cuarto.
Ojalá que disfrutéis tanto leyendo como nosotros haciendo estas historietas que ya se han puesto a prueba en numerosas exposiciones, la primera de ellas en el Ateneo de Madrid con motivo de la III Feria de Fanzines, donde tanto la revista Camaleón Comics como la exposición lograron un rotundo éxito constatado por Hernán Migoya, el entonces responsable de la revista El Víbora. A esta exposición siguieron otras como la del Café Manuela (Malasaña, Madrid), que contó para la inauguración con el dibujante madrileño José Manuel Esteban y para la clausura con Moncho Alpuente; en el Pasillo del Decanato de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, y en el pub Barrio Séxamo (Pozuelo de Alarcón, Madrid).
Al coincidir con el Centenario del Cómic, tuvimos reseñas en ABC, El País de las Tentaciones, Guía de Actividades Culturales de la Universidad Complutense, Gaceta Universitaria, Guía de Actividades Culturales de la Comunidad de Madrid, Gaceta Complutense y La Voz de Pozuelo.
En años posteriores trajimos la exposición a Huelva: Casa de Cultura “José Caballero” de Punta Umbría, Dirección Provincial del Instituto Andaluz de la Juventud en Huelva, IES Diego de Guzmán y Quesada de Huelva Capital… y por último la que se puede disfrutar actualmente, en el IES La Rábida también de Huelva Capital.
Se dice que todos los días alguien parafrasea “El rayo que no cesa”, de Miguel Hernández. En esta ocasión me ha tocado a mí, y es que no hay mejor definición para “La Tetera”, una historieta que, en un ciclo infinito, regresa al mismo punto del que parte: el Rastro de Madrid.
La estructura de la historieta está basada en la teoría del Eterno Retorno de Nietzsche: “toda tu vida, como un reloj de arena, será siempre vuelta de nuevo, y caerá siempre de nuevo, puesto que cada una de esas existencias no está separada de la otra más que por el largo minuto de tiempo necesario para que todas las condiciones que te han hecho nacer se reproduzcan en el ciclo universal. Y entonces volverás a pasar por cada dolor y cada alegría, y encontrarás otra vez cada amigo y cada enemigo, y cada esperanza y cada error, y cada tallo de hierba y cada rayo de sol, y el orden entero de las cosas”.
A la hora de elegir el título de la obra, ha sido inspiración directa la pieza teatral “La Tetera”, de Miguel Mihura.
En cuanto al argumento, procede de un proyecto de cortometraje propio que de momento no ha visto la luz, por lo que finalmente la historieta puede considerarse la versión original. Claro está que para la versión en cómic nos hemos tomado las correspondientes licencias que sólo podría permitirnos el Noveno Arte.
Publicada originalmente en 1.996, en la revista Camaleón Comics (Diputación de Huelva) que venía acogiendo desde hacía años el grueso de nuestra producción historietística, “La Tetera” fue la obra con la que inauguramos “oficialmente” nuestro habitual método de trabajo. Lo entrecomillo porque la mayoría de las obras que habíamos firmado con anterioridad por separado fueron concebidas en realidad como “colectivo de autores y familiar”, como posteriormente nos definiría Jesús Cuadrado en su Atlas de la Cultura Popular en España (Vol. I, De la Historieta y su Uso).
La auténtica innovación de “La Tetera” es el interesante ejercicio de compenetración artística que une nuestras tres formas distintas de entender el cómic, permitiendo la conservación de lo individual dentro de nuestro trabajo en común, una fórmula que venimos manteniendo desde entonces, aunque siempre buscándole nuevas variantes para no aburrir al personal… ni a nosotros mismos.
“La Tetera” es el objeto que da título a la(s) historia(s), y el hilo conductor de la(s) misma(s), pero cede el protagonismo a los personajes cuyas vidas va alterando a lo largo del ciclo. Se trata, pues, de historietas independientes, pero interrelacionadas entre sí… a lo “Pulp Fiction”. Está visto que no hay historias nuevas que contar, pero sí nuevas maneras de contar historias, como lo demuestra el elenco de personajes que protagonizan una serie de aventuras y desventuras con “La Tetera” como nexo: desde un curioso en El Rastro, hasta un vagabundo que ve cumplidos sus sueños, pasando por un niño obsesionado por la televisión, dos hinchas de fútbol, un mafioso destrozado por el desamor y un superhéroe del tres al cuarto.
Ojalá que disfrutéis tanto leyendo como nosotros haciendo estas historietas que ya se han puesto a prueba en numerosas exposiciones, la primera de ellas en el Ateneo de Madrid con motivo de la III Feria de Fanzines, donde tanto la revista Camaleón Comics como la exposición lograron un rotundo éxito constatado por Hernán Migoya, el entonces responsable de la revista El Víbora. A esta exposición siguieron otras como la del Café Manuela (Malasaña, Madrid), que contó para la inauguración con el dibujante madrileño José Manuel Esteban y para la clausura con Moncho Alpuente; en el Pasillo del Decanato de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, y en el pub Barrio Séxamo (Pozuelo de Alarcón, Madrid).
Al coincidir con el Centenario del Cómic, tuvimos reseñas en ABC, El País de las Tentaciones, Guía de Actividades Culturales de la Universidad Complutense, Gaceta Universitaria, Guía de Actividades Culturales de la Comunidad de Madrid, Gaceta Complutense y La Voz de Pozuelo.
En años posteriores trajimos la exposición a Huelva: Casa de Cultura “José Caballero” de Punta Umbría, Dirección Provincial del Instituto Andaluz de la Juventud en Huelva, IES Diego de Guzmán y Quesada de Huelva Capital… y por último la que se puede disfrutar actualmente, en el IES La Rábida también de Huelva Capital.
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