18 mayo 2006

ENTREVISTA: LUIS ALBERTO DE CUENCA (y IV)

Cuarta y última parte de la entrevista publicada originalmente en la revista muCHOCOmi nº 4 (2000)

A continuación conversamos sobre Jacinto Molina, alias Paul Naschy, nuestro Hombre Lobo doméstico -”¡que no domesticado!”, como apostilla Fernando Savater. Amigo de sus amigos, Luis Alberto de Cuenca participó en la Mesa Redonda sobre Paul Naschy celebrada en Expocómic 2000, el III Salón del Cómic de Madrid.
A quienes no conozcan a este español que ha tenido la osadía de atreverse en sus terroríficas películas con el vampirismo y la licantropía, no puedo recomendarles que acudan a su vídeoclub más cercano, porque probablemente no sería más que una pérdida de tiempo, pero sí que estén atentos al programa de TVE titulado “Versión Española”, en el que ya ha intervenido en varias ocasiones.
Otro buen consejo sería que buscasen cualquiera de los múltiples textos biográficos y autobiográficos que proliferan en las librerías especializadas.
Entre los primeros, destaca poderosamente el artículo titulado
“Paul Naschy: el hombre de las mil caras”, que el propio Luis Alberto de Cuenca escribe en las páginas del libro “El Cine Fantástico y de Terror Español”, editado por la organización del Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián, en el que se incluyen biografías y entrevistas que diversos autores realizan a una selección de los directores más representativos de este género.
Entre las autobiografías son imprescindibles los libros “Crónicas de las Tinieblas” y “Memorias de un Hombre Lobo”.
Jacinto Molina, que hizo sus pinitos en el dibujos de historietas y también en el deporte como boxeador amateur y como flamante Campeón de España de los Pesos Ligeros de Halterofilia, decidió transformarse en su “alter ego”, Paul Naschy, para triunfar así como director, actor y guionista de cine.
Con muy poco capital, Paul Naschy hizo películas más que dignas, al tiempo que popularizó a su mítico personaje Waldemar Daninsky, demostrando de paso que es más importante la historia que el presupuesto, digan lo que digan en el Hollywood actual.
A juicio de Luis Alberto de Cuenca, entre las películas más emblemáticas de la extensa filmografía de Paul Naschy, considerada de culto en todo el mundo, se encuentran: ”El Caminante, El Huerto del Francés, El Retorno del Hombre Lobo, Okam-Otoko to Samurai, Inquisición, El Espanto Surge de la Tumba, El Jorobado de la Morgue, Los Ojos Azules de la Muñeca Rota, Zanyiaku! Kyoen no Yakata, Latidos de Pánico, Una Libélula para Cada Muerto, Mi Amigo el Vagabundo, El Transexual, El Francotirador, Los Cántabros, La Venganza de la Momia, El Gran Amor del Conde Drácula y como guinda, esa cinta perversa, increíblemente personal y absolutamente naschyana que se titula El Aullido del Diablo”.
Nótese que hay dos títulos en japonés, uno de ellos de principios de los setenta, mucho antes de que se produjera en España el auge del “manga”.
Luis Alberto de Cuenca no pierde oportunidad de hacer referencia a Jacinto Molina en sus escritos; valgan como ejemplos el antes citado artículo “Paul Naschy: el hombre de las mil caras” y el prólogo a la edición de la Biblioteca El Mundo de “Drácula de Bram Stoker”.
De todos modos, para finalizar esta entrevista le pido a Luis Alberto unas palabras sobre Paul Naschy; unas palabras que difícilmente tendrían cabida en un artículo de carácter más erudito: “Paul Naschy es un mito que se pasea por las calles de Madrid y con el que puedes tomarte una cerveza o merendar en Embassy sin que el universo se altere. Las noches de luna llena, se pone más cachondo de lo normal y sale por ahí de caza mayor. Quiero y admiro mucho a Paul Naschy”.
Sólo me queda agradecer el valioso tiempo que tan amablemente me ha prestado este poeta tan atareado que no duda en afirmar que su cargo de Secretario de Estado de Cultura “es como dirigir dieciséis Bibliotecas Nacionales al mismo tiempo”.
Tanto mejor para todos los comiquero españoles, porque es de suponer que ahora nos debe dieciséis exposiciones de tebeos como la que en su día se celebró bajo su tutela en la Biblioteca Nacional.

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