18 febrero 2007

LA TETERA QUE NO CESA...

Extracto y adaptación del artículo publicado originalmente en la revista muCHOCOmi nº 8 (Octubre de 2.000)
Se dice que todos los días alguien parafrasea “El rayo que no cesa”, de Miguel Hernández. En esta ocasión me ha tocado a mí, y es que no hay mejor definición para “La Tetera”, una historieta que, en un ciclo infinito, regresa al mismo punto del que parte: el Rastro de Madrid.
La estructura de la historieta está basada en la teoría del Eterno Retorno de Nietzsche: “toda tu vida, como un reloj de arena, será siempre vuelta de nuevo, y caerá siempre de nuevo, puesto que cada una de esas existencias no está separada de la otra más que por el largo minuto de tiempo necesario para que todas las condiciones que te han hecho nacer se reproduzcan en el ciclo universal. Y entonces volverás a pasar por cada dolor y cada alegría, y encontrarás otra vez cada amigo y cada enemigo, y cada esperanza y cada error, y cada tallo de hierba y cada rayo de sol, y el orden entero de las cosas”.
A la hora de elegir el título de la obra, ha sido inspiración directa la pieza teatral “La Tetera”, de Miguel Mihura.
En cuanto al argumento, procede de un proyecto de cortometraje propio que de momento no ha visto la luz, por lo que finalmente la historieta puede considerarse la versión original. Claro está que para la versión en cómic nos hemos tomado las correspondientes licencias que sólo podría permitirnos el Noveno Arte.
Publicada originalmente en 1.996, en la revista Camaleón Comics (Diputación de Huelva) que venía acogiendo desde hacía años el grueso de nuestra producción historietística, “La Tetera” fue la obra con la que inauguramos “oficialmente” nuestro habitual método de trabajo. Lo entrecomillo porque la mayoría de las obras que habíamos firmado con anterioridad por separado fueron concebidas en realidad como “colectivo de autores y familiar”, como posteriormente nos definiría Jesús Cuadrado en su Atlas de la Cultura Popular en España (Vol. I, De la Historieta y su Uso).
La auténtica innovación de “La Tetera” es el interesante ejercicio de compenetración artística que une nuestras tres formas distintas de entender el cómic, permitiendo la conservación de lo individual dentro de nuestro trabajo en común, una fórmula que venimos manteniendo desde entonces, aunque siempre buscándole nuevas variantes para no aburrir al personal… ni a nosotros mismos.
“La Tetera” es el objeto que da título a la(s) historia(s), y el hilo conductor de la(s) misma(s), pero cede el protagonismo a los personajes cuyas vidas va alterando a lo largo del ciclo. Se trata, pues, de historietas independientes, pero interrelacionadas entre sí… a lo “Pulp Fiction”. Está visto que no hay historias nuevas que contar, pero sí nuevas maneras de contar historias, como lo demuestra el elenco de personajes que protagonizan una serie de aventuras y desventuras con “La Tetera” como nexo: desde un curioso en El Rastro, hasta un vagabundo que ve cumplidos sus sueños, pasando por un niño obsesionado por la televisión, dos hinchas de fútbol, un mafioso destrozado por el desamor y un superhéroe del tres al cuarto.
Ojalá que disfrutéis tanto leyendo como nosotros haciendo estas historietas que ya se han puesto a prueba en numerosas exposiciones, la primera de ellas en el Ateneo de Madrid con motivo de la III Feria de Fanzines, donde tanto la revista Camaleón Comics como la exposición lograron un rotundo éxito constatado por Hernán Migoya, el entonces responsable de la revista El Víbora. A esta exposición siguieron otras como la del Café Manuela (Malasaña, Madrid), que contó para la inauguración con el dibujante madrileño José Manuel Esteban y para la clausura con Moncho Alpuente; en el Pasillo del Decanato de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, y en el pub Barrio Séxamo (Pozuelo de Alarcón, Madrid).
Al coincidir con el Centenario del Cómic, tuvimos reseñas en ABC, El País de las Tentaciones, Guía de Actividades Culturales de la Universidad Complutense, Gaceta Universitaria, Guía de Actividades Culturales de la Comunidad de Madrid, Gaceta Complutense y La Voz de Pozuelo.
En años posteriores trajimos la exposición a Huelva: Casa de Cultura “José Caballero” de Punta Umbría, Dirección Provincial del Instituto Andaluz de la Juventud en Huelva, IES Diego de Guzmán y Quesada de Huelva Capital… y por último la que se puede disfrutar actualmente, en el IES La Rábida también de Huelva Capital.

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04 febrero 2007

EL CORAZÓN DE LA TIERRA

Una fecha fatídica, un lugar marcado por la tragedia, unos acontecimientos inesperados con fatales y sangrientas consecuencias: el 4 de febrero del año 1888, una huelga organizada por los explotados y sufridos trabajadores de la cuenca minera de Riotinto es reprimida de manera brutal en lo que muchos consideran la primera manifestación ecologista en España por la contaminación que producían en las poblaciones adyacentes las chimeneas de las teleras, en las que se separaban los minerales de las impurezas. La convocatoria pacífica terminó con una carnicería injustificada por parte de las tropas del ejército allí presentes.
Finales del siglo XIX, cuando la revolución industrial alcanza sus máximas cotas de productividad pero, al mismo tiempo, de falta de humanidad hacia los obreros, mano de obra amorfa sin derechos, ni siquiera los más básicos, que tardarían un poco más en implantarse con plena fuerza y conciencia social.
Época de falta de libertades tan elementales hoy día como pueden ser los de manifestación y de expresión, de abismales diferencias entre pobres y ricos, de drásticos imperialismos coloniales...
Durante mucho tiempo los súbditos británicos se asentaron y explotaron las minas de la comarca onubense, con una política de extracción salvaje desde el mismísimo “corazón de la tierra” del preciado cobre.
“El año de los tiros”, como se denominó al hecho, yace en silencio en la memoria y corazones de los descendientes de aquellas víctimas. Por el testimonio de centenares de personas que presenciaron el hecho, se sabe que los manifestantes no profirieron ni un grito subversivo, no salió de ellos una provocación ni un acto que molestase a la tropa ni a las autoridades. Jamás se conoció el número exacto de muertos, hombres, mujeres, niños.
Cuando los humos de las teleras permanecían bajos, posados sobre la población, los mineros y sus familias se veían obligados a buscar refugio en las cumbres de los cerros cercanos, mientras sobre el valle caía la noche artificial. Los efectos nocivos de las teleras abarcaban un radio de 777 kilómetros cuadrados en torno a las minas y dañaban a unas 11.000 propiedades. Los dueños de las tierras afectadas, sobre todo de Zalamea la Real, crearon lo que podríamos considerar un antecedente de los movimientos ecologistas: la Liga Antihumos.
La unión de todos desembocó en la multitudinaria manifestación que demandaba el fin de la calcinación al aire libre –algo que en Inglaterra, el Parlamento, consciente de su peligrosidad, había prohibido ya en 1864, pero que aquí, veinticuatro años después, la RTC seguía practicando–, reducción de doce a nueve horas de jornada laboral, y algunas mejoras económicas y sanitarias.
Una riada humana, una impresionante manifestación con el audaz Maximiliano al frente se dio cita en Riotinto. Las calles quedaron tomadas por unas 12.000 personas que en un ambiente festivo, con bandas de música y pancartas reclamaban una más digna forma de vida. Y mientras en el Ayuntamiento permanecían reunidos alcalde y concejales, el gobernador civil de Huelva, con soldados del Regimiento de Pavía, entraba en Riotinto dispuesto a poner fin a la revuelta. Y lo logró. A sangre y fuego.
Y allí, entre los muertos, estaba yo, junto con mis hermanos y otros amigos..... Por supuesto, todavía no estoy tan entrado en años ni me ha asesinado ningún ejército. No era 1888 sino que se trataba del reciente rodaje de la película de Antonio Cuadri, “El Corazón de la Tierra”, basada en la novela del mismo título de Juan Cobos Wilkins (Juanito Cobos, como dice Luis Alberto), en la que participamos como extras. Como testimonio de esos días quedan muchas fotos como ésta junto a mi hermano Marco y una de las protagonistas, Ana Fernández.

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FESTIVAL DE CINE IBEROAMERICANO DE HUELVA


Un grupo de alumnos de 1º de Realización del Instituto Pablo Neruda (Huelva) ha realizado este Documental sobre el Festival de Cine de Iberoamericano de Huelva. Me comunican este fin de seman que lo han colgado en Youtube, y me pareció divertido enlazarlo en mi bitácora, dada mi relación con el Festival de Cine.

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